La arquitectura ‘verde’.
Una práctica habitual en antiguos medios
rurales, es ahora una tendencia en auge, una forma de reconciliar nuestras
grises y poco sostenibles ciudades con la naturaleza, convirtiendo nuestros
edificios en parcelas vegetales con los consiguientes beneficios a diversas
escalas: mayor eficiencia y ahorro energéticos, regulación de temperaturas,
impacto estético, oxigenación, absorción, filtrado y almacenamiento de agua de
lluvia… Tanto que ciudades como Portland y Oregón, en EEUU, ofrecen incentivos
para promoverla, y países como Alemania, Suiza o Austria, entre otros, la han
convertido en ley. Hablamos aquí de arquitectura ‘verde’ bajo el concepto de
integración de espacios vegetales en estructuras mobiliarias e inmobiliarias, y
no en el de edificios ‘inteligentes’ o ‘ecológicos’, que hacen uso de nuevas
tecnologías y de energías alternativas para contribuir igualmente a una mejora
de las condiciones de habitabilidad y de respeto al medio ambiente. Hablamos de
tejados verdes, de terrazas y fachadas sembradas según técnicas y tecnologías
que se desarrollan a un ritmo vertiginoso y con las cuales es ya posible lograr
un perfecto drenaje, controlar las raíces, distribuir el agua y, en definitiva,
hacer posible este ‘milagro’ urbano con todas las garantías.
Un edén en Nueva York.
Aunque es sólo un proyecto, muchos ven en este
tipo de construcciones el futuro de la sostenibilidad de las grandes ciudades.
Lo que ves en la imagen se llama Dragonfly (libélula), es obra del arquitecto
VincentCallebaut y está pensado para construirse en Nueva York. Se trata de una
granja vertical de 600 metros de altura que, en sus 132 plantas, acoge 28
campos de cultivo diferentes para frutas, verduras y hortalizas de temporada, así
como oficinas, laboratorios de investigación y zonas de ocio. El concepto
pretende recrear una especie de invernadero gigante capaz de aprovechar la
energía solar durante los meses fríos y de conseguir que en verano las plantas
aporten lo necesario para refrescar el ambiente. La idea de su creador es
conseguir un edificio autosuficiente mediante la acumulación de agua de lluvia
para el riego; convertir en abono los desechos vegetales; y producir agua y
comida para sus habitantes y toda la electricidad necesaria a partir de paneles
solares y molinos.
Fuente: Discovery Channel
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