jueves, 27 de septiembre de 2012

Arquitectura Revolucionaria



La arquitectura ‘verde’.
Una práctica habitual en antiguos medios rurales, es ahora una tendencia en auge, una forma de reconciliar nuestras grises y poco sostenibles ciudades con la naturaleza, convirtiendo nuestros edificios en parcelas vegetales con los consiguientes beneficios a diversas escalas: mayor eficiencia y ahorro energéticos, regulación de temperaturas, impacto estético, oxigenación, absorción, filtrado y almacenamiento de agua de lluvia… Tanto que ciudades como Portland y Oregón, en EEUU, ofrecen incentivos para promoverla, y países como Alemania, Suiza o Austria, entre otros, la han convertido en ley. Hablamos aquí de arquitectura ‘verde’ bajo el concepto de integración de espacios vegetales en estructuras mobiliarias e inmobiliarias, y no en el de edificios ‘inteligentes’ o ‘ecológicos’, que hacen uso de nuevas tecnologías y de energías alternativas para contribuir igualmente a una mejora de las condiciones de habitabilidad y de respeto al medio ambiente. Hablamos de tejados verdes, de terrazas y fachadas sembradas según técnicas y tecnologías que se desarrollan a un ritmo vertiginoso y con las cuales es ya posible lograr un perfecto drenaje, controlar las raíces, distribuir el agua y, en definitiva, hacer posible este ‘milagro’ urbano con todas las garantías.
 


Un edén en Nueva York.
Aunque es sólo un proyecto, muchos ven en este tipo de construcciones el futuro de la sostenibilidad de las grandes ciudades. Lo que ves en la imagen se llama Dragonfly (libélula), es obra del arquitecto VincentCallebaut y está pensado para construirse en Nueva York. Se trata de una granja vertical de 600 metros de altura que, en sus 132 plantas, acoge 28 campos de cultivo diferentes para frutas, verduras y hortalizas de temporada, así como oficinas, laboratorios de investigación y zonas de ocio. El concepto pretende recrear una especie de invernadero gigante capaz de aprovechar la energía solar durante los meses fríos y de conseguir que en verano las plantas aporten lo necesario para refrescar el ambiente. La idea de su creador es conseguir un edificio autosuficiente mediante la acumulación de agua de lluvia para el riego; convertir en abono los desechos vegetales; y producir agua y comida para sus habitantes y toda la electricidad necesaria a partir de paneles solares y molinos.
 

Fuente: Discovery Channel

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